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domingo, 21 de abril de 2013

TH Magazine Nº4 Abril 2013



Aquí les traemos el Nº4 de nuestra revista, correspondiente a Abril.

Deseamos que disfruten de cada sección, y que vayan sintiendo como propio este proyecto. Esperamos que compartan con nosotros sus opiniones aquí o en nuestra página de FACEBOOK.

La revista puede verse en pantalla completa. Para agrandar la imagen y leer, debes posicionarte sobre la página que te interesa y usar el scroll del ratón o la lupa del zoom. El formato es grande y se lee perfectamente. Para aquellos que lo prefieran, pueden DESCARGAR el pdf.

domingo, 14 de abril de 2013

La orquesta del Titanic - TH Magazine Nº3 Marzo 2013




Evolución.

Mis queridas integrantes de la orquesta del Titanic, vosotras que queréis seguir tocando  a pesar de los icebergs que surgen en el camino o los avisos de hundimiento: vamos a jugar en serio.
A veces debemos detenernos y tomar distancia de lo que hacemos, mirar a nuestro alrededor y pensar si merece la pena seguir dónde estamos. Es posible que haya lugares mejores dónde ir o cosas más interesantes en las que invertir nuestro tiempo. Entonces, ¿por qué estamos aquí?
El fandom es un concepto abstracto de relaciones virtuales, pero tras cada seudónimo hay una persona que vive, palpita y siente. El planeta en el que nos movemos está formado por los lazos invisibles que unen a esas personas en un objetivo común, aunque ese “objetivo” se mueva y cambie cada día, como una estrella errante.
Bien, pues pensando un poco todo esto me he dado cuenta que nuestro fandom vive un momento crucial en su trayectoria: podemos dar un paso adelante, con todo lo que eso conlleva, o dar un paso atrás que significaría su extinción.
Estoy convencida que, como un grupo, podíamos seguir durante mucho tiempo en este camino de creatividad y diversión compartida. No sé si podríamos alcanzar el nivel de estructura y compenetración que tienen otros como el de Harry Potter, Sobrenatural, u otros más veteranos como los de StarTreck o  El Señor de los Anillos. Hay gente demasiado joven o con pocas ganas de comprometerse en lo que consideran una simple “diversión” ¡Y por supuesto que lo es! Si no fuera divertido nada de esto tendría sentido… pero es mucho más que una simple distracción.
Estamos aquí para comunicarnos, para ser creativos y compartir unos intereses comunes, en este caso por los chicos y la música de TH, pero yo creo firmemente (y por suerte no sólo yo) que el fanart en general y el fanfiction en particular, ya que de él estamos hablando principalmente, es una forma de arte popular contemporáneo.
Mucha gente se enorgullece de dedicarse a la pintura en su tiempo libre, a dibujar comics o a la fotografía. Es algo que se comenta con los amigos, que se muestra y de lo que uno se siente satisfecho. ¿Por qué no ocurre lo mismo con nuestros fics?
Ellos son parte de nosotros, de nuestro corazón y nuestras ideas, de nuestra fantasía. Devoran buena parte de nuestro tiempo libre, y cada segundo lo consideramos bien empleado. Podemos estar todo el día con una escena rondándonos la cabeza y hasta que no la escribimos no nos quedamos tranquilas. Vosotras sabéis de lo que hablo, ¿verdad?
Sin embargo el fanfiction queda relegado, generalmente, al limbo de los placeres prohibidos. Es curioso, pero no es un arte suficientemente apreciado ¡Ni siquiera por aquellos que lo practicamos! Suele ser algo de lo que no se habla más allá de las protectoras paredes de la burbuja-fandom, y cuando se hace es sólo para decir que es algo infantil, una etapa pasajera, algo que se debe abandonar cuando una ya es “adulta” El pobre fanfiction queda relegado a ser algo parecido a una gripe de verano.
Estoy segura que nadie se imagina a una madre de dos niños, a una profesional en cualquier área, escribiendo por las noches sobre su banda favorita (entre otras cosas porque nadie piensa que más allá de la primera juventud alguien se pueda sentir inspirada por algo así. Es más, algunas hasta piensan que se sentirán avergonzadas en el futuro por haberlo hecho alguna vez).
Sin embargo, hay muchas personas casadas y trabajadoras que se sienten realizadas a través de la escritura de fics, en este y otros fandoms. Se lo toman en serio, saben que es un puntal de la cultura y una forma de arte que cada vez tomará mayor relevancia.
El mundo editorial cada vez se fija más en los autores de ficción, es una cantera de talento maravillosa. Y lo más curioso es que no lo hacen para que abandonen su fandom y den el salto hacia la literatura “seria”, sino que en muchos casos están publicando las historias tal cual fueron creadas como una forma de ampliar el universo al que el autor se dedique. Ya ha pasado con HP y puede pasar con cualquier otro fandom.
De todas formas, eso no es lo realmente importante. Tenemos que ser conscientes de que nuestra labor creadora es valiosa en sí misma, que somos autores con mayúsculas, que nuestro trabajo merece la pena. Y algo más: para que nuestro fandom siga adelante  necesitamos evolucionar. No somos niñas pequeñas jugando frente al ordenador, tenemos talento y una voz propia que podemos aportar, así que no nos debemos estancar. Abramos la mente, leamos, leamos muchísimo, aprendamos cada día de quienes somos y de quienes nos rodean. Cuidemos la ortografía, que es la presentación de nuestra imaginación ante el mundo, esforcémonos por mejorar, por sentirnos realmente orgullosos de lo que hacemos. De este modo nos enriqueceremos todos y el fandom, a pesar de todo, podrá continuar su emocionante travesía.

Archange

SubRosa - TH Magazine Nº3 Marzo 2013



Real o por guión el espectáculo es fantasía, y como trabajo, junto a aquello a lo que uno se dedica, se incluye el ser admirado, criticado, publicado en la mayor parte de medios posible. Un artista puede seguir siéndolo sin aplausos, pero ¿cómo se sentiría ese artista sin reconocimiento? No es, necesariamente, el solo hecho de ser famoso, sino de ser apreciado como pensador, escritor, cantante, etc. No ser rechazado es la base de toda relación, cara a cara o a distancia.
¡Sorpresa! ¡Bill Kaulitz es, de hecho, un hombre! Dice idioteces basadas en la apariencia además de ser peludo. Oksana Kolenitchenko intentó hacer de su bikini y presencia algo original, como tanto piden los jueces, y termina por ser una estrella porno rubia y cubierta de perlas: es imposible hacer feliz a un hombre.
Lo primero que me vino a la mente con la frase “Parecés una estrella porno de los ‘90” fue: “¿Y?”. Muchos pueden ver un insulto en esa frase, sobre todo por la evidente intención que tuvo. Pero ser “una estrella porno” debería dejar de ser tabú, al menos en grandes sectores y en esta época. ¿Por qué es un insulto? No se refirió a una característica personal (como el famoso Bitch, que se inclina más a una actitud), sino a un trabajo que, a pesar de sus opositores, puede ser lucrativo, más que otros, y no tiene mucho para criticar si la mujer lo disfruta (seamos honestos, ¿cuántas personas se encuentran en trabajos que detestan?).
Desde otro punto de vista, no es necesario irse tan lejos como para mencionar que su ropa es reveladora (quitando el pequeño detalle de que estaban en una playa y la gente suele usar bikini), ya que el mundo de la música tiene muchos ejemplos actuales. Si él quiere referirse a que no necesita mostrarse para tener éxito como cantante, personalmente estoy de acuerdo, pero no es manera de decirlo: en primer lugar, es ofensivo para ella, ya que había dejado en claro que cantar profesionalmente no era su destino; en segundo, insulta a las mismas mujeres que trabajaron como estrellas porno en los ’90, sumado a las que lo siguen haciendo. Es un comentario totalmente innecesario e improductivo,  ya que no aportó nada a nadie.
Salvando esos detalles, entiendo el punto: ignorando si sabe cantar o no, da a entender que la apariencia no le iba a dar un lugar en la industria, al menos no siendo él quien diera el espacio y abriera puertas. Trató de mostrarse como un músico (irónico). Al principio traté de pensarlo desde el optimismo: “No lo dijo como insulto, solo como guía”, pero no voy a engañarme. En caso de que lo mencionara por creerla preparada de ser filmada para una película porno, lo siento, pero le pondría un espejo en frente. Admito tener una imaginación alocada, pero se me ocurren al menos cinco cosas para hacer con los pañuelos que suele colgar en distintas partes de su cuerpo, y solo es un ejemplo.
Sinceramente, esperaba que una parte de él se revelara de esa forma: Tom solía decir que temía cómo su hermano se ponía al estar de mal humor y ahora vimos una parte que no nos gustó del todo. Cualquiera puede tener un mal día y, en este tipo de trabajo, te marcan de por vida.
Estas cosas son útiles para publicidad, aunque algo devastadoras para determinadas fans: nos pinchan la burbuja de ilusión de que él es un hombre diferente al resto, más delicado y respetuoso, al borde de lo perfecto. Al menos descubrimos la humanidad en él: no es una deidad ni mucho menos (aunque su rostro ayude a confundir).
Lo que sí me sorprendió fue el hecho de que no muchas fans parecieran reaccionar ante esto: tal vez no le dieron importancia, no me crucé con suficientes comentarios o estuvieron de acuerdo con él, tanto que ni siquiera consideraron todo aquello que cruzó mi mente. Acepto que soy algo extrema en estas situaciones, y admito ser meticulosa en temas tan delicados, pero creo que es bueno plantearlo desde un punto crítico, solo para abarcar otras perspectivas. Una frase en un contexto no tan claro para nosotras puede ser base o no de muchas cuestiones. Me preocupa un poco la cantidad de quejas por pequeñas tonteras en vez de detalles como estos, ya que dan a conocer cosas en él, más allá del estar de acuerdo o no con un ataque/crítica (dependiendo la persona). Pareciera que esto fue tomado de la mejor forma posible, con gracia, al contrario que en el caso de un romance candidato-juez (Laura, Laura, Laura, aun envidio tu voz), evidentemente creado para darle algo entretenido a la audiencia.
Como dije antes, pudo haber sido parte de un guión o una mala formulación. Tal vez solo quiere parecer serio, un poco menos dulce, como lo son el resto de los jueces. No es fácil armar un comentario que deje satisfechos a todos o que realmente exprese lo que uno siente. Él solía ser callado y controlado en episodios anteriores, hasta que comenzaron los gestos de asco, los ojos desorbitados de la sorpresa, las risas de burla frente a los mismos concursantes que vinieron de la mano con la comodidad de ser protagonista. El hecho de que los días de grabación estuvieran mezclados lo hace aún más complejo. 
En lo positivo, hay que agregar que gracias a este pequeño drama descubrimos que Bill mira/miraba películas porno de los ’90, al menos una: me pregunto si Oksana le recordó a alguna profesional en especial. Bill, por favor, necesito saber.

Cosette 

Editorial - TH Magazine Nº3 Marzo 2013



Editorial
Hola a todos, bienvenidos a nuestra entrega número 3. Estamos felices de compartirla, y de los aportes que hemos ido recibiendo.
Hoy le daba vueltas a la Editorial, y escuché una frase que me enganchó: “Sabes por qué en este tiempo no hay héroes: porque las personas están esperando a que quién lo es, meta la pata” Entonces pensé en nuestros cuatro muchachos, en sus aciertos y errores. Pensé en lo mucho que un héroe puede ser idolatrado, y en lo que necesitamos de figuras a las que seguir y en las que depositar nuestras ilusiones. No es malo tener ídolos, lo malo es olvidar que son personas como nosotros, que cometen errores, y que más veces de las que quisiéramos, hacen algo que nos lleva a replantearnos nuestra adoración por ellos. Creo que como en todo, hay ídolos de cartón, personas que están ahí para generar ingresos en el bolsillo de unos cuántos, pero también creo en aquellos —que como nuestros cuatro chicos— han intentando hacer realidad un sueño, una ilusión. Todos tenemos ilusiones, más ambiciosas o más pequeñas. Los ídolos son quienes nos llevan a creer en nuestra propia capacidad para realizarlas.
Ahora me pregunto: ¿Cuántas veces somos nosotros mismo los verdugos de una ilusión? La propia o la ajena. Sólo con destacar lo negativo por encima de lo positivo, o por simplemente pasar mirando sin atrevernos a decirle a aquél “que hace tan bien” algo, lo mucho que nos gusta; quizás esa persona nos está entregando su creación como una ofrenda. Debemos aprender a valorar el trabajo de aquellos que nos rodean, porque en ese valor estamos todos implicados. No hay que sentir miedo o reparo de expresar con respeto nuestras opiniones, podemos estar en desacuerdo con algo, pero hay que saber dirigir nuestros pensamientos para que los aportes sean constructivos.
Y entonces: ¿Sabremos valorar lo que Tokio Hotel nos tiene preparado?
Probablemente habrá opiniones de todos los tipos, pero sería interesante recordar que hay horas de trabajo en cada arreglo musical, en cada grabación ¿Qué ganan dinero con ello? Sí, desde luego, pero el dinero es un elemento al que no deberíamos darle más valor que a las personas. El arte, la creación; es el verdadero valor de un ser humano, no cuánto gana con ello, sino cuánto nos hace sentir; porque finalmente son las emociones el combustible real de nuestra existencia.
Alguien me dijo: en la vida un día estás arriba y un día abajo ¡Cuánta razón tenía!
Normalmente la vida se ve en directo, no sabemos lo que nos tocará enfrentar o cuánto nos puede costar dar un paso; ya sea por razones externas o demasiado internas —nadie está libre de sí mismo— Por eso creo que los héroes están a nuestro alrededor, entre las personas que nos acompañan y que cada día nos dan una alegría. Entre los que luchan por sacar su propia vida adelante, o los que están preparando un disco para que lo conozcan sus fans. Los héroes son de carne y hueso. No deberíamos esperar constantemente a que metan la pata, deberíamos ayudarlos a levantarse cuando lo hagan, porque ellos son exactamente como nosotros, sólo que más expuestos.
 No digo con esto que no deba existir la crítica, después de todo es una guía importante, pero hay que saber expresarla, porque nuestra forma de decir nos valida o nos invalida.
Nuestros cuatro chicos son nuestros héroes, nuestros ídolos; y a los ídolos hay que amarlos. Pero amar implica comprender y disculpar, ser capaz de saber que los errores existirán.
Hasta los mejores héroes son imperfectos.

Anyara

martes, 9 de abril de 2013

Tokiolandia

Recuerden que tenemos un espacio para el humor de los fans y que todas las secciones son importantes. Si quieres compartir algo que has encontrado, envíanoslo a nuestro mail: thmagazinefans@gmail.com o a los mensajes privados de nuestro facebook

Aquí les dejamos algunas de las viñetas de Marzo

 


Palabras a través del tiempo - One shot original



Aquí te dejamos el one shot inédito del Nº de Marzo de nuestra revista


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Palabras a través del tiempo
Por Twincestoxa



Hola amigo del futuro. Mi nombre es Bill Kaulitz, tengo 23 años y pertenezco a una banda llamada Tokio Hotel. Soy el cantante. Sé que no podré saberlo, pero espero que el nombre “Tokio Hotel” haya provocado en ti total reconocimiento. Si no es así… bueno, nada es para siempre ¿verdad?
Justo ahora son las (checando reloj) 2:47 después de medianoche. Lo sé es tarde, pero resulta que soy un chico nocturno. La noche siempre me ha engatusado. Sé que es fría y oscura, pero en una cueva también nacen flores aunque no me lo creas ¡y de las más místicas!Esperar a que el mundo duerma cansa un poco, pero vale la pena cuando la inspiración llega como la botella de un náufrago a las manos de su salvador. Un amigo me acaba de confesar que le teme a la oscuridad ¿tendrá algo que ver con los fantasmas o los monstruos debajo de su cama? No quise preguntarle, sus razones tendrá. Pero sí le dije algo: “no tiene nada de malo tener miedo, pero ¿por qué temerle a la noche cuando ésta nos muestra algo tan bello como las estrellas?” Entonces empezamos un debate sin final. Claro ejemplo de que no siempre encontraras a alguien que comparta tu opinión, pero hay que respetarlo.

Me pregunto en qué año te encontrarás ahora mismo. Espero que hayan pasado por lo menos veinte años sino esto no tendrá ningún caso. Me siento satisfecho al saber que mis palabras lograron viajar en el tiempo y sobre todo que hayan llegado a ti. Apenas hace un par de días el mundo entero le acaba de dar la bienvenida al año 2013. Lo sé, quizá se te haga muy aburrido con tan sólo imaginar vivir en este año tan atrasado del que te encuentras ahora, pero creme, saber que sobrevivimos al fin del mundo predicho el 21 de diciembre del 2012 es sumamente satisfactorio. Empezar un año nuevo siempre es razón suficiente para sentirse agradecido. ¡Seguimos vivos! Qué mejor regalo que ese.
Me gustaría saber cuánto habrá avanzado la tecnología. ¿Seguimos siendo superiores a los robots o éstos ya nos tienen como esclavos? Realmente espero que no.
Acabo de recapacitar que sólo hablé de mí allá arriba. Tokio hotel no es sólo yo, ¡claro que no! mi hermano gemelo, Tom, es el guitarrista. Tom es fantástico con su instrumento, cuando toca se fusiona con la guitarra y entonces hacen magia. Es muy popular con las chicas, pero no más que yopero yo lo soy también. Nuestras fans son las mejores. Georg está en el bajo, es muy bueno en ello y toca otros instrumentos también. El piano por ejemplo. Aunque yo igual conozco algunas notas, definitivamente no es lo mío. ¿Falta de coordinación quizá? O de interés… como sea, el baterista de nuestra banda es Gustav. Este chico deja todo en el escenario ¡hasta peso! ¿Puedes creer que baja varios kilos en una sola presentación? Es alucinante. Por eso me encargo que se alimente bien. Marca el ritmo excelente y siempre nos ofrece buena música. Nos conocemos desde nuestra niñez y hasta la fecha seguimos comportándonos los unos con los otros como lo que somos: hermanos.
En serio deseo que sepas de quien te estoy hablando.
Georg siempre quiso tener hijos, así que puedo imaginármelo rodeado de unos cuantos querubines juguetones. En cambio con Gustav es más difícil, siempre ha sido un hombre reservado e impredecible. Sólo espero que ambos se encuentren llenos de felicidad. Al igual que espero tener a Tom a mi lado. Él y yo somos tan unidos que seguimos viviendo juntos. Yo no me puedo imaginar apartado de él e incluso cuando tengo que salir de viaje yo solo, me lo pienso mil veces antes de aceptar por no querer irme sin mi hermano. Si cupiera en una maleta todo estaría resuelto. El celular es un aparato súper útil en esos momentos, pero no reemplaza su compañía. Así que estamos destinados a ser uno por siempre.

¿Qué será de mí en este instante? ¿Seguiré con la música? ¿Casado, hijos? ¿Vivo? Ganas de tener una bola de cristal en este momento de curiosidad, pero entonces qué aburrido sería saberlo todo ¿no te parece? Qué chiste tendría la vida si supiéramos exactamente lo que pasará mañana. No habría sorpresas, miedos, misterios... pero lo más importante: careceríamos de emociones. Los zombies son pro, pero convertirse en uno de ellos no lo es tanto.
Pienso que debemos vivir enfocados en el presente, al fin y al cabo todo lo que plantemos hoy crecerá mañana; pero si no regamos nuestras plantas diariamente ¿entonces cómo esperamos qué éstas florezcan?Una chispa de iniciativa es todo lo que necesitamos.
¡Caray! no puedo evitar seguir preguntándome qué estaré haciendo justo ahora que lees mis palabras. Sé que mis perros no estarán para ese entonces. Por eso he permitido que duerman conmigo esta noche, los he llenado de besos y abrazos y sabiendo que no estarán por siempre aprovecharé cada momento para disfrutar de sus mimos. Puedes imaginarme justo ahora acariciando sus cabecitas. Haré lo mismo con mis amigos y familia, nunca sabemos cuándo será demasiado tarde. Demostrar pequeñas muestras de afecto no está demás.

Y hablando de amor, voy a confesarte qué fue lo que me inspiró a escribir esta carta estas palabras.
Simone, mi madre.

Hace un par de días estuvimos de visita en Alemania por cuestiones de trabajo y por pura curiosidad Tom y yo decidimos visitar nuestro antiguo domicilio. Ya nadie vive ahí, así que fue muy triste llegar a lo que alguna vez fue nuestro hogar y verlo tan solo. Mamá dejó varias cajas en el ático y Tom pensó que las había olvidado. Ella siempre ha sido tan despistada que no sería sorpresa si esa fuera la razón. Pero cuando abrimos la primera caja sólo hayamos ropa vieja y artículos escolares. Cada uno nos dedicamos a esculcar dentro de las pocas cajas que vivían allí llevándonos varios sustos y carcajadas cada vez que una araña o algún otro bicho nos daban la bienvenida a su manera. Y entonces encontré un libro. “Alas para vivir” ese era el nombre. Lo abrí para ver de qué se trataba y en su lugar concentré mi atención hacia el sobre que dormía dentro de éste.
Para mi amigo del futuro. Fue lo primero que leí en aquel papel. Sin decir nada a Tom, lo guardé en mi bolsillo y asegurándome de no dejar nada importante sin revisar, salimos de la casa.

Apenas llegamos a L.A. me atreví a leerla. Me lo imaginaba, pero aun así me sorprendí cuando reconocí la letra de mi madre. Para ser de hace años ésta seguía siendo igual. Era una carta para alguien que ella no conocía. En ella explicaba que en su clase de ética les habían pedido hacer una carta donde hablaran de su vida en el presente y sobre lo que desearían para el futuro. Te citaré lo que escribió exactamente, un fragmento que me encantó:

“No estuve muy de acuerdo con la señorita Adele cuando nos explicó que debíamos enterrar el sobre para que de esta forma llegara a las manos de quien la leyera. Era como si nos pidiera que dejáramos bajo tierra todos nuestros sueños y esperanzas, ¿pues qué más podría yo escribir en una carta sino eso? Por eso no te sorprendas cuando encuentres esto en este libro, pensé que sería muchísimo más sabio que llegara a ti a través de un nuevo tesoro y como yo aprendas de él. Un libro puede salvar vidas”.

Investigué más sobre el tema y me di cuenta que esta era una actividad muy común en los años 80’s. Dejar cartas por el mundo con la ilusión de que alguien pueda leerlas. Mi madre fue muy breve en la suya. Habló de su escuela, sus amigos y de las novedades que arrasaron ese año. Pero ¿sabes qué fue lo que me dejó anonadado? Cuando habló de mí, de Tom… de sus hijos. Hijos que en ese entonces aún no conocía.
Mira una vez más:

“Espero que sea niño, pero si nace niña no tendré ningún problema por ello. Sé hacer colitas y peinados muy chulos. Y los moños siempre me han gustado. Soy mujer y conozco perfectamente sobre el tema. Pero es precisamente por ello que quiero, ¡deseo! un niño. Quiero ser esa madre inexperta que aprenda con la práctica. Que mi bebé me enseñe con sus balbuceos lo que debo y no debo hacer. Quiero aprender de él y por supuesto, que él aprenda de mí. No lo conozco aún, pero desde ahora te digo con las palmas en el fuego que lo amo como me amo yo, como amo las flores, al mundo, como amo todo lo mandado por Dios. ‘¿Cómo dices eso si aún no tienes la certeza de sí serás madre?’ Te preguntarás seguramente. Con Fe, la esperanza de que va a suceder. Cuando lo tenga en mis brazos le daré todo lo que necesite, y cuando sea un hombre él sabrá recompensarme por ser su madre. Mi deber será mostrarle lo bueno y lo malo de este mundo, y enseñarle la diferencia entre cada uno. Él deberá elegir su camino, no pondré contras en ninguna de sus decisiones pero mis consejos siempre los tendrá. Habrá algo que no salga como él desea y entonces yo estaré ahí para darle ánimos. Aprenderá y volverá a encender el motor y avanzar, pero esta vez con la vista totalmente al frente para esquivar los baches del camino. Llegará a su destino sano y salvo. Por supuesto que será un camino largo y seguramente tendrá raspones y golpes por los choques que alguna vez tuvo que soportar, pero llegará. Y cuando eso pase, yo estaré preparada con las manos al aire, lista para los aplausos”.


Abajo, justo al final de la carta, con otro color de tinta agregó algo que me hizo sonreír como tontonunca:

“Y Dios decidió mandarme no a uno, sino a dos de sus bellos ángeles. ¿Ves cómo la Fe hace milagros? Gemelos y varones”

El amor de una madre puede con todo y de esta forma y sin su consentimiento me estoy dando cuenta de ello. Jamás pensó que sería precisamente uno de sus hijos quien terminaría leyendo su carta, al fin y al cabo terminé siendo yo su amigo del futuro. No pienso decirle que he encontrado y leído sus palabras. Quiero que sea un secreto mío y de Tom.
¿Quién eres tú? No importa, y en realidad ahora que lo pienso tampoco importa el año en que la leas. Porque cuando eso pase será porque era el tiempo correcto. Puedes tener ideologías hoy que cambien el día de mañana, pero procura que sea por decisión tuya. Besa y abraza a quienes amas. Diviértete como niño pero hazlo sano. No hagas daño a quienes crees que lo merecen, ¡al contrario! Deséales bien porque éste siempre se regresa. Tropieza pero no caigas, ¡vive, vive, vive! Porque nunca sabes cuándo darás tu último suspiro. Persigue tus sueños, cada segundo cuenta. No desperdicies ni un solo minuto de la vida que se te ha dado como regalo, encuentra un sentido en las pequeñas cosas de cada día. Sólo así la vida y la muerte tendrán una razón, sólo así se podrá descubrir que nosotros podemos hacer que las cosas sean perfectas de principio a fin.
VIVE EL PRESENTE. De éste depende nuestro futuro.

Ahora sabes lo que encontraste en este libro. Compartiendo la ideología de mi madre, deseo que aprendas de él y sigas con esta cadena dando esperanza a alguien más.Lee el libro. Quizá Bill Kaulitz ya no viva en tu presente, pero sé que lo que hice en vida me hará permanecer para siempre.

Te deseo suerte. Te deseo vida. Te deseo amor.





El niño de diez años, observó aquella hoja de papel siendo incapaz de creer lo que poseía en sus manos. Escrudiñó el libro y sonrió al ver la portada.

—Es bonita —dijo al aire.

Jamás imaginó lo que encontraría en su jardín esa tarde. Ese día había empezado como cualquier otro. Había terminado de hacer sus deberes y después de almorzar, decidió que sería buena idea tomar su pequeña pala de jardín y cavar. Lo hacía todo el tiempo y lo único que encontraba eran bichos y piedras. Por eso cuando su pequeña pala hizo un ruido metálico al chocar contra algo, supo que ese día no sería como los otros.

—Liam, ¿qué estás haciendo ahí en la tierra? Te ensuciarás.

—Ya voy mamá. Sólo Hablaba con un amigo del pasado —sonrió ante la confusión de su madre y guardó la carta dentro de la bolsa de donde la sacó. La metió nuevamente en la pequeña caja metálica, sin olvidarse del libro. La atrajo contra su pecho y se levantó del suelo.

Se metió a su casa con tres pensamientos en su cabeza:

El primero. No puedes esperar lo que pase en un día. Éste siempre te sorprende.
Segundo. Preguntarle a su madre todo lo que sepa acerca de un joven llamado Bill Kaulitz y su banda Tokio Hotel.
Y tercero y más importante: los tesoros sí existen.

Microrrelatos - TH Magazine Nº3 Marzo 2013

¿Has leído ya los microrrelatos del número de Marzo?

Si no lo has hecho, aquí te los dejamos.

~~

En tus ojos

—¿Qué pasa chico?
—No pasa nada.
—¿Nada? Tienes la sonrisa en los ojos y por toda tu cara. —Y siguió sonriendo mientras se colgaba a su cuello y le besaba en los labios con lentitud hambrienta.
Porque estaba feliz, tanto que podría bailar sin música y cantar sin letras; tanto que se le carcomía la melancolía, porque no podía decirle la razón. —¿Qué pasa, Bill?
Bushido volvió a preguntar, pero él se limitó a dejar que se alimentara de su cuerpo como todas las noches. Porque no podía decirle a su amante que el amor de su vida le correspondía.
Porque tenía que morderse la lengua mientras gemía para no equivocarse de nombre.

                                                                                                   Moonchild
~~

Debut & Despedida

El gran Bill está preparado y finalmente da inicio. Elige cuidadosamente su flecha. El momento es idóneo. Coloca la flecha en el arco. Respira para relajarse. Sonríe, un poco nervioso. Apunta; a la cabeza no, al corazón. La iluminación del sol otorga al acto una inusitada naturalidad que espera que oculte el centenar de veces que practicó a solas. Tensa la cuerda. Ya imagina el clamor de adoración por anticipado. Respira una última vez. Largos años se han resumido a este segundo. Dispara. Bien directo. En el segundo en que la expresión de Tom flaquea, sabe que no obtuvo el efecto deseado. Ve cómo el horror se derrama en sus facciones. Es lacerante. Contiene su angustia y aparta las otras flechas. Esboza una sonrisa frágil. Ya no quiere un beso triunfal, sólo una salida digna.
            
                                                                                                 Jeadore
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Humo

Bill le arrebató el cigarrillo de la boca y le dio una profunda calada. Era la última vez, debía ser la última vez. El humo arañó su garganta, corroía su sangre al compás de la ceniza. Debía consumirlo despacio, pues con cada calada se quemaban segundos vitales, y los necesitaba. Necesitaba un poco más, quizás otro beso, o una caricia perdida después del placer. Quizás un momento eterno y ondulante como el humo que ascendía, tan alto. Hasta desaparecer

La noche siguiente, a pesar de todo, volvió a pedirle fuego. Y Tom se lo dio.

                                                                                                Archange
~~ 

De madrugadas

Tanto Bill como Tom, voltearon hacia atrás, mientras subían las escaleras de su jet privado y le decían adiós a esa tumultosa ciudad y a sus angelinos.
Una vez dentro, enfundados en abrigos y sentados en sus asientos, Tom y Bill se tomaron de las manos sin verse, sin decir nada, sin respirar…
Y esa fue la primer madrugada.
La segunda madrugada los encontró dormidos, con el sol rayando los edificios más altos, y con una pista de aeropuerto vacía; sin camarógrafos, sin seguridad, sin fans…
De la tercera a la quinta se la pasaron moviendo muebles, decorando…
La sexta madrugada encontró a Bill tendido en brazos de Tom, suspirando, con lágrimas colgando al filo de sus pestañas.
Tom sabía que era difícil, Bill también, y todas las madrugadas que los habían visto, sabían cuán necesario era huir. La séptima madrugada se aleja, diciendo hasta mañana, cuando el sol anuncia el último día de su primer semana como civiles; sin flashes, ni glamour, ni fans, ni nada. Solo Bill, Tom, sus mascotas, y su vida.
La octava madrugada los encuentra saliendo de casa, con bolsas y con Scotty listo para un largo paseo por la ciudad, entre la gente que va poniendo sus puestos de venta y saludándoles con esa cortesía de los ingleses.
Y mientras se marcha, la octava madrugada los observa caminar, sonrientes y saludando a las personas que desconocen su antigua vida.

                                                                                                  Vivian W. Grayson
~~

Puerta cerrada

—No me toca a mí dar las clases de moral, Georg. Y no creo que tú seas el indicado tampoco.
Sabían que no se había llevado a nadie más al hotel esa tarde, pero después de que Gustav se encogiera de hombros él sólo pudo suspirar.
Después de todo, para eso son las puertas: si no puedes verlo no existe, y si la puerta permanece cerrada, todos están durmiendo.
                     
                                                                                                   Moonchild

~~

Bill de las nieves

Aquel majestuoso castillo parecía estar cada vez más próximo al cielo. Tom no sabría decir con exactitud cuántas veces había llamado a su dueño con injustificada ilusión. Por su parte, Bill contemplaba la escena desde el balcón de sus aposentos. Su mirada álgida penetró en los ojos fatigados del intruso, quien se rehusaba por completo a debilitarse.
El valeroso joven arremetió fieramente contra aquel portón infranqueable. Con el paso del tiempo, Tom había aprendido a inmunizarse al dolor, por lo que no prestó atención a las heridas que se abrieron en su piel. Su pasión ahora desmedida amenazaba con derretir su morada, mas Bill permanecía inmutable ante el peligro.
Bill Kaulitz era un muchacho de una belleza cautivadora, pero de un hielo brillante y cegador. Sin embargo, tenía vida; aún sin haber rastro de emoción en ellos, sus ojos centelleaban como estrellas. Aunque Bill era frío como el acero, sus gritos de ira resonaban constantemente en las paredes del castillo. Todas las puertas y ventanas que conducían a él, eran de viento cortante; nadie había conseguido atravesarlas jamás.
Oh, pero Tom no perdería la esperanza. Algún día, lograría acariciar su corazón.

                                                                                                    Gema Gozalo

~~

Ella

Cuando Bill la vio llevaba un vestido claro de verano y el cabello despeinado por la brisa. Caminaba por la acera con pequeños pasos, abrazando a un gatito negro. Bill no pudo dejar de observar sus gestos, delicados y un poco torpes, o como arrugaba la nariz cuando sonreía. En un impulso se acercó a ella y la invitó a tomar café en un lugar tranquilo. Pronto llegaron las risas, las palabras cómplices, los besos en la penumbra. En un hotel discreto descubrió la dulzura de su piel, y locos de alegría caminaron de la mano por una ciudad recién nacida a sus ojos.

Entonces aparecieron los paparazzis. Habían olfateado la presa y no pensaban soltarla sin luchar. Tuvieron que esconderse. Llegaron los guardaespaldas, los horarios y los contratos de confidencialidad. No pudieron volver a pasear bajo las estrellas, ni compartir el más pequeño beso a la luz del día. Las stalkers la amenazaban de muerte y las fans la despreciaban y mancillaban su nombre. Se asfixiaban, y con las angustia llegaron las peleas y los llantos. Nunca más volvieron a encontrarse…

Cuando Bill la vio llevaba un vestido claro de verano y el cabello despeinado por la brisa. Caminaba por la acera con pequeños pasos, abrazando a un gatito negro.

Entonces, con un nudo en la garganta, la dejó pasar y siguió su camino.

                                                                                                  Archange

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Bach

"A cada ráfaga de viento que recorría la solitaria plaza, él se sentía más congelado. Maldijo; ¿por qué se le había ocurrido llevar su auto al taller? Alzó la mirada sólo para descubrir la amenaza inminente de una tormenta. Vislumbró una cafetería e imaginó que desde allí podría llamar a un taxi. Sólo debía atravesar la plaza.

A medio camino, se detuvo. Sonidos extraños a los habituales lo envolvieron. Allí, cerca del monumento, un arco se lanzaba inclemente contra las cuerdas mientras dedos expertos se movían sobre el mástil. Quiso pensar en sus guitarras, pero estaba obnubilado por la tristeza que esparcía la pieza. Y, sin más, sonidos que lo instaban a huir, a volverse uno con el viento y entrometerse en todos lados.

Pero no podía. Estaba enraizado al suelo y al sonido del violín. A merced de las manos de aquella persona, tan abrigada que era imposible de reconocer. Sólo podía ver su pasión, su constancia, su ternura. El modo en que las notas se sucedían lo invadían de una tristeza que irónicamente lo complacían.

Y, entonces, las gotas.

El arco se separó de las cuerdas, la mano se cerró alrededor del mango y la pieza se detuvo bruscamente. No. No podía acabar así. En su mente sólo cabía la posibilidad de pedirle a esa persona que vuelva a la plaza a tocar todos los días por el resto de su vida. Aun si él fuera su único oyente.

En cambio, Tom gritó:

—Hey, ¿quieres un café?"

                                                                                                Jeadore



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