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viernes, 15 de febrero de 2013

La orquesta del Titanic - TH Magazine Nº1 Enero 2013



La Orquesta del Titanic

Un comienzo antes del fin.

En nuestro pequeño mundo de ficción, llamémosle Fandomium, se viene repitiendo un hecho desde su inicio: la amenaza de la catástrofe inminente, del apocalipsis virtual, del meteorito arrasador que no va a dejar nada en su camino. El acabose.
Es bien sabido que todo fandom que se precie tiende a explotar cada cierto tiempo para luego resurgir de sus cenizas. Es una especie de ley no escrita, y por supuesto el fandom de TH no puede escapar a sus designios; sin embargo este último año las voces que anuncian desastres se han convertido en gritos de agonía.
Nuestro pequeño mundo se muere, ¿no es cierto?
Si escuchamos a las chicas que aún permanecen por aquí, veremos que el desánimo se respira por todas partes. No quiero hablar de las causas de este paulatino abandono, que no por lento es menos doloroso, pues todas las conocemos. Volcar nuestra creatividad en un fandom basado en personas “reales” nos lleva de la mano a la desilusión. Los chicos de TH no son figuras de cera ni son incólumes personajes de novela. Ellos evolucionan, cambian, cometen errores como cualquiera de nosotros. La potencia de la realidad es inimaginable a la hora de crear, pero también puede ser su mayor lastre.
En nuestro pequeño ecosistema de Billies, Tomies, Georgs, Gustavs y compañía (un lugar donde todo es posible) florece la más pura belleza, pero también la rabia, la hipocresía, el aburrimiento y la desolación. Vemos cada día cómo páginas a las que hemos acudido desde el inicio de nuestra pasión desaparecen. No refugiamos en el radiante pasado porque no somos capaces de encontrar hermosura e inspiración en lo nuevo. Estamos sedientas de novedades, pero cuando estás llegan las desechamos porque no están a la altura de nuestras expectativas. Lo que el grupo nos ofrece en estos momentos es poco o nada, y estos días se nos antojan pesados y sin interés.
Es duro, porque le tenemos cariño al fandom y algunas de las personas que lo componen, y como no queremos dejarlo nos refugiamos en sus momentos de gloria, cuando el río de fanarts y fics parecía inagotable; cuando no teníamos tiempo suficiente para disfrutar de todo lo que llegaba a nuestras manos, y la ilusión y la fantasía se mezclaban con el aire que compartíamos en nuestro hermoso mundo.
Pero esos tiempos, por más que nos gane la melancolía, no volverán.
¿Eso quiere decir que los Mayas se referían al fandom de TH en sus predicciones? ¿Es nuestro pequeño universo virtual el que está destinado a desaparecer?
La respuesta a esa pregunta está en nuestras manos.
Si ya no nos interesa que siga adelante, es muy fácil. Sólo tenemos que abandonar sin hacer mucho ruido y cerrar la puerta al salir. La decadencia no necesita demasiados esfuerzos, sólo hay que dejar que ocurra.
Sin embargo, si todavía creemos que tenemos algo nuevo que decir, algo que aportar, algo que disfrutar en este mundo que hemos ido creando entre todos con pasión e imaginación, entonces preparémonos porque hay mucho que hacer.
Para empezar, vamos a cuidar de este ecosistema que somos todos, que nos pertenece por méritos propios. Nadie nos lo puede arrebatar, lo hemos ido construyendo con nuestras manos palabra a palabra, trazo a trazo de pincel… y tenemos una responsabilidad sobre él. Purifiquemos el aire y hagamos que la tierra sea rica y fértil, para que las ideas arraiguen y den brotes nuevos.
No somos muchos, es cierto, por eso debemos estar unidos por encima de todas las cosas. Apoyemos a todos los valientes que impulsan un proyecto en beneficio del fandom,  para que no pierdan las fuerzas y mantengan su empeño. Luchemos para que cuando lleguemos a este mundo que es nuestra casa nos sintamos acogidos y apoyados, parte de algo de lo que sentirnos orgullosos.
Vamos a jugar en serio, como juegan los niños.
Y si al final es cierto que hemos llegado al límite de nuestro viaje, que hemos colisionado contra nuestro particular Iceberg, no dejemos que el barco se hunda sin que suene un poco de buena música, ¿no os parece?

Archange
 

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